lunes, 10 de mayo de 2010

Taller 1 El Aprendizaje - Relación - Metodos y Técnicas de Estudio - Cerebro - Poder y Visión - Exito Intelectual y Emocional

La agilidad mental de un estudiante puede estar condicionada, más que por sus capacidades mentales, por su motivación. La aplicación de unas buenas técnicas de estudio que le permitan corregir ciertos hábitos puede mejorar o reforzar su rendimiento académico sustancialmente y fortalecer estímulos muy potentes que le lleven a triunfar donde antes había un fracaso.
Las técnicas de estudio deben lograr un estudio de calidad que consiga una serie de objetivos, comprensión, capacidad de expresión, memorización y adaptación a examen. Si los consigue cualquier técnica en principio puede ser positiva. De hecho cada estudiante terminará teniendo su propia metodología de trabajo, adaptada a sus necesidades y a sus capacidades. Lo que no puede ocurrir es que un estudiante no sepa decir cómo estudia, o cuál es su método. El estudiante debe aprender a estudiar, y eso requiere ante todo una actitud de autocrítica y trabajo.
Lo primero que debe conseguir una buena metodología de trabajo es mantener la ATENCIÓN durante el estudio. A atender también se aprende, aunque sí es cierto que debes querer atender para que poco a poco notes que tu atención se mantiene durante períodos de tiempo más prolongados. Mantener la atención es cuestión de actividad, de realizar acciones que me permitan centrar mi atención en lo que quiero, no esperar que sencillamente por quererlo pueda mantener la atención.
Una vez que he logrado mantener una atención adecuada debo conseguir la COMPRENSIÓN. Habré conseguido comprender un texto o unos problemas cuando sea capaz de explicar correctamente, con sentido sin necesidad de detalles, simplemente con un diálogo coherente lo que intento aprender. Para lograr esto es conveniente la realización de esquemas, resúmenes o ambos, en función de las necesidades.
Una vez que tengo la sensación de haber comprendido la pregunta, el texto o los problemas debo demostrarme a mí mismo que soy capaz de EXPRESARME correctamente. Esto no significa decir de memoria la pregunta, sino a través de los esquemas realizados anteriormente, comprobar que soy capaz de explicar perfectamente el tema.
Para memorizar hace falta tiempo, y previamente haber realizado los pasos anteriores, que evidentemente ayudan a una correcta memorización. Nunca se memorizan frases, sino palabras, nombres, fechas, características esquematizadas, simples datos, ya que si el trabajo es correcto seré capaz de expresar y construir yo mismo la pregunta.
La PRELECTURA sería llegar a saber qué voy a estudiar, que es lo que voy a aprender cuando termine de estudiar. Para ello simplemente debo leer los enunciados del tema, la introducción al tema, o sencillamente estar atento en clase.
En la prelectura es muy importante, saber qué debemos llegar a conocer es básico porque me va a servir como guía en mi estudio. No se estudian páginas o temas, sino conceptos. Cada uno de los pasos tiene su propia autoevaluación. Para saber si este primer paso lo tengo controlado simplemente he de explicar qué voy a estudiar, y tengo que explicarme correctamente y con sentido.
En la LECTURA Se busca un primer acercamiento a la pregunta, se puede leer una vez de arriba abajo y tienes que contestar de qué va la pregunta, qué estoy aprendiendo. No se trata de decir perfectamente el texto, tampoco valdría de mucho, exclusivamente estaría hablando la memoria inmediata, y eso se nos va a olvidar si no realizamos más cosas.
La ELABORACIÓN es la parte más trabajosa y larga. Una vez que sé qué voy a aprender de manera muy global, una vez que he leído la pregunta y sé qué tengo que explicar y decir de manera más concreta, entonces es momento de leer más despacio, de comenzar a realizar actividades que buscan la comprensión y expresión de los temas. Es el momento de realizar esquemas, resúmenes. El objetivo de la elaboración es por tanto la comprensión y su utilización en la expresión.
La MEMORIZACIÓN es entonces cuando se realiza. Hay que intentar no mezclar diferentes temas de una misma asignatura, ir poco a poco para generar un aprendizaje seguro. Pero lo que es importante es no memorizar antes de haber realizado el trabajo anterior. La AUTOEVALUACIÓN es la comprobación de que soy capaz de explicar sin ayuda aquello que me van a preguntar y de la manera que me van a preguntar. La autoevaluación nunca se puede hacer inmediatamente después de haber memorizado, ya que entonces la idea que tengo sobre mi conocimiento es falsa.

Como toda acción tiene un objetivo. No conocer el objetivo, desdibujar el objetivo arruina la propia acción. El estudio por lo tanto requiere de objetivos no sólo a largo o medio plazo, sino objetivos concretos que orientan la acción inmediata de estudio. La capacidad de automotivación es clave a la hora de estudiar. Cada día debe tener sus objetivos concretos, no es el examen el que nos debe apremiar a estudiar, sino la propia planificación. Si no lo hacemos así, terminaremos estudiando siempre antes del examen, y de mala manera. Cada día debe tener sus propios objetivos, dentro de una planificación más elaborada y dirigida por las fechas de examen. El trabajo diario organizado y planificado es la base para el éxito en los estudios

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